"Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas..."
Paulo Freire
Nunca mas actual la pedagogía de Freire en donde el factor humano se ve obligado a reforzar los procesos sociales y educativos ante los nuevos paradigmas transformadores en momentos en que el mundo asume las tecnologías modernas.
Sus propuestas se reafirman a 16 años de su muerte y sin temor a equivocarme, Freire es uno de los mas importantes educadores de todos los tiempos.
Y es por estas razones que decidí incluir un articulo que se publico a propósito del Seminario Latinoamericano “Educación Popular e Integración Regional: Vigencia y Perspectiva del Pensamiento de Paulo Freire” que se llevará a cabo el 24 y 25 de abril.
Comparto esta interesante reflexión sobre su pensamiento y su obra:
La metodología de Paulo Freire
resultó inédita: la enseñanza partía de la propia situación de marginalidad y
opresión de los educandos, suponiendo –acertadamente– que si se tomaba
conciencia de la situación de explotación que vivían, se alfabetizarían más rápidamente
y, sobre todo, eso les ayudaría a enfrentar la opresión de manera más efectiva.
Una metodología de enseñanza útil para la alfabetización, y una pedagogía que,
como tal, comprendería también una filosofía sobre el ser humano y la sociedad.
Freire fue desarrollando la idea
de que el oprimido debía dejar de serlo sin volverse opresor, aunque sí debía
recuperar su palabra y dejar de lado la palabra ajena, a la que lo condenaba
una enseñanza tradicional vertical de arriba hacia abajo, que suponía que el
maestro era el único que sabía y su saber debía ser transmitido o trasplantado
al alumno. Llamó a esa enseñanza tradicional “bancaria”, y generó la idea de
una enseñanza horizontal, en la que maestro y alumno emprenden la búsqueda de
los conocimientos desde los que ya poseen, en forma dialógica, es decir, a
través de un diálogo donde se crucen las experiencias de vida de ambos.
En el inicio del siglo XXI no sólo
nos encontramos con las dificultades que nos presenta la relación Educación y
Comunicación y Escuela-Medios Masivos. También aparece una situación inédita en
cuanto al caudal de información que alumnos y maestros conllevan, con la
amenaza de una posible renovación de la verticalidad en el proceso de
enseñanza, esta vez de abajo hacia arriba, donde las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC) transgreden tanto lo metodológico como la
“adquisición” de conocimientos.
Sin embargo, tenemos claro que ese
torrente informativo carece de una brújula que apunte hacia el crecimiento
sensorial-cognitivo de los chicos. Entonces, se vuelve fundamental comprender
el espacio mediático y el manejo simbólico que implica, ya no como un obstáculo
o antagonista en la labor educacional, sino para fomentar el espíritu crítico
de los alumnos. Crítico en cuanto a los contenidos. Crítico en cuanto a las
ideas y conocimientos. Crítico en cuanto a la masificación, el consumo y el
mercado. Una renovación de la pedagogía de Freire, a la que se la definió como
“crítica” porque establecía el hecho de no aceptar mansamente las enseñanzas
supuestas, sino analizarlas y diseccionarlas hasta encontrar el verdadero
sentido y el fin al que estaban destinadas. Para Freire era esencial al método,
que la praxis acompañe a la reflexión. La una sin la otra hace que pierdan sentido
las dos. Se trata de construir un mundo, no sólo de pensarlo o actuarlo con
espontaneísmo y sin reflexión. En tiempos de hipertextos, Internet y redes
sociales, las ideas de Freire continúan vigentes.
En ese sentido, desde el Conacai
–Consejo del que Sadop participa como miembro– se establecieron los Criterios
de Calidad para Servicios de Comunicación Audiovisual destinados a la Niñez y Adolescencia
Estos apuntan a conocer qué se
entiende por “calidad audiovisual” y cuáles son aquellos derechos que deben ser
respetados y potenciados por los medios para el desarrollo cultural de los más
jóvenes. Con la escuela tratando de lidiar –en desigualdad de condiciones– con
la televisión e Internet, entre otros dispositivos mediáticos, resulta vital
hacernos cargo de sus influencias en el aprendizaje y en la sociedad. Tenemos
que participar y confrontar con un modelo de dependencia cultural, e influir en
nuestra sociedad y comunidad educativa, en dirección a construir espacios
alternativos de comunicación, canales de distribución y mensajes que nos
expresen con identidad propia, en una sociedad más justa. Así, la Pedagogía de
la Esperanza de Freire es, más que en el sentido de la espera, en el sentido
del Proyecto, y sirve para que los Pueblos Oprimidos generen críticamente una
respuesta liberadora y constructora de otra sociedad sin opresores ni
oprimidos.
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