¿Qué es la INTELIGENCIA?
De forma literal, pudiéramos definir la INTELIGENCIA como el término global mediante el cual se describe una propiedad de la mente, en la que se relacionan habilidades tales como las capacidades del pensamiento abstracto, el entendimiento, la comunicación, el raciocinio, el aprendizaje, la planificación y la solución de problemas.
Sin embargo, los padres de familia con muchísima frecuencia, comienzan a intentar comprender lo que significa ser inteligentes cuando sus hijos se inician en el mundo de las calificaciones y los premisos escolares. Pareciera que si los pequeños logran obtener los más altos grados, junto con estos viniera el reconocimiento a su gran capacidad, heredada por supuesto, de sus padres.
Tal vez, hace algunos años está cercana relación entre los buenos resultados en las evaluaciones escolares y el alto o bajo nivel de inteligencia, fueran consideradas determinantes. Pero más recientemente estos conceptos han cambiado de la misma forma que cambió el valor otorgado a esas capacidades intelectuales de las personas, como elemento indispensable para el éxito en la vida.
Estudios realizados recientemente en las áreas neurológica y psicológica han dejado al descubierto una serie de factores indispensables para el óptimo desarrollo cognitivo, el procesamiento de información, y otras competencias intelectuales dignas solo, de los seres humanos.
Existe hoy día el reconocimiento a una serie de facultades humanas que permiten a los individuos comunicarse con mayor o menor efectividad con su intelecto; esta facilidad les brinda mayor o menor capacidad de respuestas a sus necesidades de razonamiento, y les facilita, por lo tanto, resolver problemas de distintas índoles.
Las habilidades intelectuales de los niños van adquiriendo su potencial de acuerdo a la edad cronológica y a las experiencias con su entorno inmediato y con los adultos con quienes interactúa. Este desarrollo evolutivo de los niños (incluidas sus habilidades psíquicas), deben complementarse con una adecuada estimulación, y el resultado de este proceso pudiéramos llamarlo la inteligencia.
¿Qué determina la capacidad intelectual?
¿Qué papel juega la herencia en el desarrollo de las facultades y capacidades humanas? ¿Qué tan importante es el entorno o el ambiente socio-cultural en que cada niño crece? La Interacción se refiere a las diversas formas en que la genética humana y el entorno (socio-cultural) convergen y se complementan.
Podemos analizar dos puntos de vista distintos en el proceso de interacción: Uno: Existe en cada niño un porcentaje de inteligencia determinado por la genética y Dos: Este porcentaje es definido por el ambiente o entorno.
Distintos teóricos otorgan mayor o menor porcentaje a uno u otro, pero el modelo más aceptado (Vigotsky y Piaget) en la actualidad es un modelo interactivo donde la herencia y el ambiente no determinan el desarrollo de habilidades de forma “lineal”, sino que ambos “interactúan entre si”.
Estudios realizados con gemelos (separados) nos demuestran que el entorno influye en la genética de los niños. Las características de los padres adoptivos, su mismo nivel intelectual, su capacidad económica traducida en oportunidades de estudios, distintos cursos y viajes de experiencias, favorecen a que la genética del niño se potencie de forma significativa. Las interacciones son tan especiales, diversas y complejas, que lo que a un niño le resulta positivo, estimulante y desarrollador, para otro puede ser negativo y frustrante.
Hoy por hoy, las distintas teorías ecológicas, contextuales y las socioculturales, representan la mejor explicación sobre ese concepto complejo llamado inteligencia; concepto que ha sido sobre valorado en relación con otros aspectos del desarrollo humano.
Actualmente se investigan los fenómenos relacionados con las inteligencias múltiples, que nos permitirán comprender las diversas capacidades humanas, tema que tocaremos en otro artículo.
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